
Joan Mir que ya se encuentra fuera de la lucha por el título se aleja de la idea que la presión puede haber jugado en su contra esta temporada.
Este año partía como el gran favorito para revalidar el título de Campeón del Mundo que se llevó la temporada pasada, sin embargo, las cosas no han ido como se esperaba para Joan Mir. El balear que tan solo acumula una victoria en su palmarés en la categoría reina ha atravesado una montaña rusa de resultados que junto a la regularidad de Fabio Quartararo le ha complicado las cosas en su objetivo de conseguir su segundo título en MotoGP.
Inicios complicados
A pesar de que esta temporada ha tratado de seguir la misma estrategia no ha sido suficiente, tercero en la clasificación y a 78 puntos, unos números que matemáticamente le imposibilitan la opción de ser campeón. Para el de Suzuki la presión de ser el favorito no ha sido decisiva pues ya la ha vivido en otras ocasiones anteriormente. «Una cosa que tengo es que soy muy realista«, comentó el de Palma en el podcast oficial de MotoGP. «Cuando vi que era capaz de estar al mismo nivel que el resto, pensé que podía conseguir ser el mejor. Entonces empecé a competir en el Campeonato de España».
Sus inicios no fueron fáciles y eso ha creado en Mir el piloto que es hoy. «Recuerdo que mi padre no tenía dinero para pagar a un equipo y decir ‘vale, pagamos y así tienes la oportunidad’. Tuve que desarrollar esa habilidad y ese talento desde cero, porque si era capaz de ganar un campeonato, entonces desde otro campeonato te ven y un equipo se interesa por ti. Si ganas tienes la oportunidad de subir de categoría, así que por eso me lo tomaba muy en serio desde muy joven, porque no tenía la oportunidad de ir a un equipo y pagar. Así que tenía que ganar en todos los campeonatos, lo que era bastante difícil«.
La lucha de llegar al Mundial
Entonces, era todo o nada, de ahí su control de la presión. «Es mucha responsabilidad. Ahora, cuando dicen que tengo la presión del título de MotoGP, no creo que esto sea presión, ¡aquello sí era presión! Si no era capaz de ganar con una moto que no era la mejor, las expectativas no eran las mejores y entonces nadie te contrataba para la temporada siguiente. No podía permitirme estar dos años en la misma categoría, pero tenía que demostrarlo«.
«No fue divertido. Las carreras no eran divertidas porque eran muy intensas. Pero esto es parte del progreso, y me encanta el progreso y el proceso. Sí disfruté del proceso, pero no de las carreras en esos años. Cuando llegué al Mundial ya pude disfrutar más«, concluye.
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