Uno de los puntos débiles de un piloto puede llegar a ser el miedo, sobre todo ello ha hablado Pol Espargaró en el último documental de Dazn, «Yo, piloto: almas de metal».
Desde sus primeros pasos Pol Espargaró se ha movido en moto, es su forma de vida, su manera de vivir. Una vida que le ha dado algunas de sus mayores alegrías pero que también le ha dejado sus peores momentos. Un concepto de vivir que le ha llevado a sentir el dolor más grande en su cuerpo y días mas tarde la satisfacción del trabajo bien hecho. ‘Polyccio’ tiene claro lo que es la moto para él y el camino para conseguir sus sueños.
«¿Qué es la moto para mí? Hay muchos pilotos que lo llevan más al terreno espiritual, para mí es una herramienta para conseguir mis sueños. La moto es un trozo de metal, nada más que eso, es lo que me va a ayudar egoístamente a conseguir lo que yo quiero y por eso tiene una importancia muy grande. Pero yo soy consciente de que son cuatro trozos de metal y cuatro cables muy inteligentes con centralitas muy punteras«, comienza expresando en su intervención al nuevo documental de Dazn ‘Yo,piloto: almas de metal’.
Los puntos importantes en la vida de un piloto
A lo largo de su vida Polyccio se ha rodeado de grandes profesionales a los que en muchas ocasiones ha considerado como una familia, sus ángeles de la guarda. «Lo que si son importantes son las personas que tocan esa moto, ellos si que son prolongaciones de mi cuerpo y esos si que son mis santos. Son los que le dicen a mi moto que no me lance a 350 km/h cuando freno en una curva a segunda«.
Espargaró ha tenido que enfrentarse en su trayectoria al dolor más grande en su cuerpo con caídas como la de Brno en 2018. «Volverte a subir a la moto cuando te has hecho daño… cuánto más mayor me hago más consciente soy de los peligros que hay. Te entra un poco de miedo, pero enseguida lo borras porque el miedo en MotoGP no tiene cabida, no es posible tener miedo y pilotar una MotoGP. Tú le puedes tener mucho respeto a la moto y saber que en cualquier momento se puede acabar esto o te puedes matar pero pilotar con miedo es incompatible porque el miedo te hace frenar antes y acelerar más tarde y eso al final se traduce en tiempo«.
Sin embargo, todo se reduce a una misma sensación. «La sensación de victoria, de ser más rápido que el que tienes al lado, eso es lo que nos mueve al final del día, llegar al hotel, dormirte y decir ‘hoy he sido el más rápido del mundo‘».
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