El piloto italiano cometió un error en un adelantamiento arriesgado y fue sancionado con un ‘drive-through’, lo que complicó sus opciones de victoria.
Valentino Rossi vivió un fin de semana de contrastes en su carrera de casa del Mundial de Resistencia (WEC). Tras lograr su primera pole position en la categoría LMGT3 el sábado, un error en carrera le costó a su equipo la posibilidad de luchar por la victoria.
Rossi, que compartía el BMW #46 con Ahmad Al-Harthy y Kelvin van der Linde, había puesto el coche en primera posición durante la Hyperpole del sábado, ante el delirio de los tifosi que abarrotaban el circuito. Sin embargo, el domingo cometió un grave error al intentar un adelantamiento arriesgado sobre el Ferrari #21 de Simon Mann en la curva Rivazza.
El contacto envió al Ferrari contra las barreras, mientras que el BMW de Rossi continuó sin daños aparentes. Sin embargo, los comisarios no dudaron en imponerle un drive-through penalty que alejó al #46 de las posiciones de cabeza. Pese a todo, su compañero Van der Linde estuvo a punto de recuperar el terreno perdido en las últimas vueltas, terminando finalmente en segunda posición.
«Tengo sensaciones mezcladas porque el podio es un buen resultado… pero podíamos haber ganado«, reconoció Rossi tras la carrera. El nueve veces campeón del mundo de motociclismo asumió toda la responsabilidad: «Cometí un error y golpeé al Ferrari en un intento de adelantamiento. La penalización nos costó la victoria. Lo siento mucho«.
Bagnaia y Morbidelli, presentes en el circuito
Este segundo puesto iguala el mejor resultado del equipo WRT en Imola, que ya había logrado la misma posición el año pasado. Para Rossi, supone una valiosa lección de cara a su próximo gran objetivo: disputar las 24 Horas de Le Mans con el BMW M Hybrid V8 en la categoría Hypercar.
El incidente no empaña el hecho de que Rossi sigue mostrando un buen progreso en su transición a las cuatro ruedas. Su pole position del sábado demostró su velocidad pura, mientras que el error del domingo sirve como recordatorio de que incluso los más grandes deben seguir aprendiendo cuando cambian de disciplina. Con varios pilotos de MotoGP de su Academia presentes en el circuito, incluidos Pecco Bagnaia y Franco Morbidelli, Rossi dio una lección de humildad al reconocer públicamente su fallo, mostrando la misma deportividad que le hizo tan querido en el mundo de las dos ruedas.
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