Julián Simón, coach de Maverick Viñales y campeón del mundo de 125cc en 2009, ha declarado para Speedweek sobre su historia con Marc Márquez y su actual dominio en MotoGP.
Marc Márquez venció por décima vez consecutiva en Sachsenring, y hay que remontarse a 2009 para la última vez que no logró la victoria en el circuito alemán. Ese mismo día, en 125cc, ganó Julito Simón, que también sería rival de Márquez años más tarde en Moto2.
El 19 de julio de 2009, en Sachsenring, Márquez y Olivé se disputaban el tercer puesto. Desafortunadamente, en la última vuelta Márquez chocó con Olivé. Este último logró terminar tercero, mientras que Márquez se fue al suelo y acabó decimosexto. Desde entonces, el ilerdense ha logrado diez poles y diez victorias en Sachsenring.
Aquel día, y aquella temporada, terminó ganando Julián Simón, actual coach de Viñales, y recuerda muy bien los inicios de Márquez: “Cuando conocí a Marc, aún era muy joven. Sin embargo, supe desde el principio que él era un piloto especial«, refiriéndose a Márquez en 2008 cuando el pequeño piloto pilotaba una KTM.
«Lo más inusual de Márquez en sus inicios eran sus comentarios sobre la configuración de la moto, eran muy precisos y sensibles»
Simón destacó a Speedweek el interés de Márquez por aprender en sus inicios: “En el box siempre escuchaba atentamente a sus mecánicos y al jefe de su equipo, y lo más inusual eran sus comentarios sobre la configuración de la moto, eran muy precisos y sensibles«, dice Simón.
En 2010, Simón subió a Moto2 con su título de 125cc, y Márquez ganó su primer título en el cuarto de litro. En 2011 y en 2012 coincidieron en Moto2, y Simón confirmó sus presagios: “Cuando coincidimos en Moto2 me quedó claro lo especial que es. Podía controlar bien el neumático delantero en la entrada de la curva. Cometió algunos errores en la rueda delantera en ese entonces, pero nunca se caía como lo hace en MotoGP hoy», añadió el coach de Viñales.
2012 fue el segundo título de Márquez, y también el momento en el que tanto el ilerdense como Simón separarían sus rumbos en la pista: “Recuerdo particularmente la temporada 2012, cuando Marc conducía una Suter cuyo chasis había sido reforzado con carbono. La moto era tan rígida que solo él podía montarla. Su mejor virtud es el control que tiene en la rueda delantera”, zanjó Simón.
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