
Javier Ullate, quien fue mecánico de Àlex Crivillé cuando ganó el título de 500cc, se despide del mundial de MotoGP después de 28 años ininterrumpidos.
El mecánico es una de las personas que más tiempo llevaba en el paddock, 28 años se dicen (o leen) muy rápido. En estas casi tres décadas ha cosechado muchos éxitos, entre ellos, el histórico título mundial de 500cc de Àlex Crivillé y acompañó a Jorge Lorenzo en los títulos de 2010, 2012 y 2015 en Yamaha. Esta temporada estaba trabajando también en la marca japonesa pero junto a Maverick Viñales.
Ullate ha hecho un resumen de su trayectoria en el diario Sport, repasando sus mejores momentos. Empezó sus andadas cuando en 1992 fue recomendado a Santi Mulero, quien hizo campeón del mundo a Sito Pons en 250cc. El sabadellense está muy agradecido con el trato que ha recibido al largo de su vida en los grandes equipos, cree que sin ellos no hubiera durado tantos años en el mundial: «La vida del mecánico, fuera de los grandes equipos, es durísima, modestísima, y muy, muy, dura de soportar».

El título más esperado por los españoles
En 1999 llegó uno de los días más esperados para los aficionados españoles de motociclismo: Àlex Crivillé se coronaba como campeón del mundo en 500cc. La primera vez que un español conseguía el título. Javier Ullate formaba parte del equipo y ha explicado detalles de la celebración: «La celebración del título de Crivillé fue inolvidable y de todo aquello se encargó el gran Ángel (Nieto). Fue un no parar desde que llegamos al hotel Hilton de Río tras la carrera. Todo empezó con una barbacoa a lo bestia y acabó con un sofá volando desde la habitación de Álex en la planta 11 del hotel hasta la piscina. No mató alguno de nosotros de milagro».

Un mecánico en l’actualidad
Pero eso eran otros tiempos y ahora todo ha cambiado. «Era otro paddock, otras motos y otro tipo de trabajo. Yo, en los últimos años, a mis amigos solía decir en broma que ahora el mejor mecánico es el que tiene la moto más limpia. ¿Por qué? Pues porque de mecánicos empezamos a tener más bien poco. Ahora todo es electrónica y son los ingenieros de esa especialidad los que manejan la moto. Nosotros cuando llega el piloto y nos dice esto no va no podemos hacer nada, le meten el ordenador miran la telemetría y con el teclado le enchufan lo que sea».
«Pero ya nos manchamos muy poco las manos de grasa o aceite. Eso sí la responsabilidad siempre está y es dura. Y hay mucha tensión y sufres queriendo que a tu chico le vaya de maravilla. En un taller de la calle, el mecánico te arregla la moto, te la prepara y antes de entregártela dan dos o tres vueltas a la manzana y se asegura que todo está en su sitio.», continúa explicando Javier Ullate.
«Aquí no, aquí preparas la moto y no te quedas tranquilo hasta que ves pasar a tu piloto por la recta de meta a más de 300 kilómetros por hora. Solo entonces sabes que todo está OK«, El catalán dice adiós al mundial de MotoGP tras 28 años llenos de éxitos. Y es que detrás de un gran campeón hay siempre un gran equipo.
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