
Bañado en leyendas, embrujos y cubierto prácticamente todo el año por nieve encontramos el Moncayo, el pico más alto del sistema ibérico y uno de los más importantes de la geografía española.
Con una altura de 2314 metros sobre el nivel del mar se yergue rodeado de carreteras sinuosas, cambios de paisaje y pueblos con un encanto único y llenos de rincones por descubrir.
Tanto para los amantes del off-road como para los enamorados de las curvas cerradas y el asfalto más exigente sin olvidarnos de aquellos que necesitan extra de combustible en el estómago para salir a rodar.
La comarca de Tarazona y el Moncayo en la provincia Aragonesa de Zaragoza parece diseñada para ofrecer infinitas horas de moto y turismo para todas las edades y en cualquier momento del año, aunque cuidado con el frío si se hace en invierno.
Punto de partida
Nuestro viaje comienza en Tarazona, una ciudad con innumerables cosas para visitar antes de arrancar la moto. Partiendo en la catedral y no olvidándonos de su judería y el casco antiguo, el pueblo que vio nacer a Paco Martinez Soria nos ofrece una primera vista del Moncayo, imponente desde cualquiera de sus calles nos hará desear enfundarnos la chaqueta y el casco.

Bécquer y el Moncayo
Tras desayunar un chocolate con churros en el casino situado en el centro de la Ciudad, salimos en nuestras monturas dirección Zaragoza, nuestra primera parada se encuentra a unos 28 km. Aunque el primer tramo no van a ser las carreteras estrechas y de curvas pronunciadas que prometí. El Monasterio de Veruela, pasado Vera de Moncayo es una parada totalmente obligatoria a los visitantes de la zona. El primer monasterio cisterciense de Aragón, acogió a Becquer durante una época de su vida y fue imprescindiblemente influyente en la obra del poeta.
Trasmoz y Lituenigo
Posterior a la visita histórica comienzan los kilómetros de asfalto para los motoristas más exigentes y también para los más valientes ya que vamos a atravesar Trasmoz, el único pueblo excomulgado de España y embebido por leyendas, cuentos y mitos que dotan a toda la comarca de un aire esencial. A parte de su gran tradición y pasión por la brujería podemos disfrutar de un pueblo con estilo casi medieval de calles muy empinadas y bares con buenos almuerzos a precios irresistibles.
El siguiente pueblo es Lituénigo, conocido por su feria de antiguos oficios que se celebra en verano y donde, si tienes la suerte de visitar, podrás encontrar embutidos y quesos artesanales de una calidad excepcional fabricados como se hacían las cosas antaño, nada mejor para el recuerdo de una gran ruta en moto que uno de esos sabores que te transportan al instante.
Merece la pena hacer una parada para ver las costumbres de nuestros antepasados además de disfrutar de un gran paisaje. El próximo destino se encuentra a pocos kilómetros de nuestra ubicación actual, San Martín de la Virgen de Moncayo que retomaremos la semana que viene en el artículo del martes.
¡SIGUE HACIA ABAJO para ver las ÚLTIMAS NOTICIAS en Motosan.es! Y deja tu OPINIÓN en los COMENTARIOS.